lunes, 2 de febrero de 2009

EL CEMENTERIO DE LOS FIJOS

El caballo que me divorció definitivamente de los "fijos" fue el viejo "Loup de Mer" en las carreras francesas el pasado verano. "Loup de Mer", de seis años, había sido un buen stayer. Su última carrera de 2007 la había saldado con un segundo en Listed en Saint Cloud. Tras un invierno flojo en Cagnes sur Mer tomó cuatro meses de vacaciones y repareción en un reclamar sobre 2.400 metros. Pese a ser favorito (a 2,1) le dieron una suavísima carrera de reaparición (galopó todo el tiempo último hasta los 200 metros finales, momento en que remató de 12º a 4º). El caballo pareció dejar claro que descendido al nivel de los reclamares podía convertirse en una máquina de ganar, todavía le quedaba un buen toque de clase. Tres semanas más tarde vuelve a la pista en otro reclamar similar cotizando a 2,8. Con la carrera de reaparición en el cuerpo era el más probable ganador de la jornada. Le hice una apuesta mediana sólo a ganador. El caballo galopó en medio del pelotón hasta los 400 finales, momento en que se abrió hacia afuera y literalmente fulminó a la oposición. Hasta aquí todeo bien con "Loup de Mer".

Dos semanas más tarde "Loup de Mer" vuelve a la pista para competir en otro reclamar similar. Aunque las condiciones de peso empeoraban dos kilos en el lote había mucha "madera muerta" y sobre el papel sólo tenía tres enemigos cuya forma ni mucho menos resplandecía como la suya, ni poseían su plus de clase. El caballo cotizaba a 2,2 y decidí hacerle una apuesta gorda, con una unidad a ganador y tres a colocado. "Loup de Mer" parecía un fijo pero había que contar con algún azar negativo y el grueso del dinero iba a colocado. Analizada la carrera era literalmente imposible que el caballo no se colocara.... El petardo "So Long" (18/1) tomó la cabeza y, testarudo él, no la soltó de principio a fin. Por su parte "Loup de Mer" galopó bien posicionado hasta la recta final, a la que llegó cuerto, con tan sólo un cuerpo que remontarle a uno de sus probables enemigos y meterse en el trío. Durante los 500 metros de la recta "Loup de Mer" lo intento, pero no le recortó ni un centímetro. Lllegó cuarto. La posición que le deja a uno con cara de tonto. Escodidísimo por la pérdida le dije a mi socio Txirrita, que también se había estrellano: "En este juego no hay nada absolutamente sólido" ¿Había sido errónea la impresión visual de su reciente victoria? ¿Había sido frenado por aquellos dos miserables kilos? ¿Habría acusado tal vez la acumulación de carreras en poco tiempo? Esta tesis se vino abajo dos semanas después, cuando volvió a la pista bajo condiciones similares al día de su primer triunfo en reclamar y se impuso por seis cuerpos. Fue como meter un hierro en la herida. Quemado me fui al dique seco por una temporada. La buena forma de "Loup de Mer" se diluyó en sus cuatro siguientes carreras, incapaz de batir a caballos de valor 30, hasta que de pronto apareció en un hándicap de provincias en el que corría en valor 36, una valoración vieja con la que salía fatal de peso, y soportando una escala aplastante de 62,5 kilos sobre 4.000 metros. "Loup de Mer" ganó y sorprendió a 11/1.

La conclusión final es que el día en que nos estrellamos el viejo "Loup de Mer" no se había empleado del todo. Esto suele ser frecuente con los caballos viejos. El problema es que sobre el papel no aparece el estado de humor con que van a salir a la pista estos viejos guerreros. Pero las cotizaciones de los caballos de manera tácita si nos avisan de los peligros del azar. Un caballo que cotiza a 2 (even money) literalmente tiene una probabilidad del 50% de ganar la carrera. Cuando un caballo paga a 2 aparentemente parece muy seguro que vaya a ganar, cuando lo cierto es que estamos en una situación de cara o cruz. Cara es la lógica del handicapping, cruz el azar.

Almazy

Nº 502 "A galopar"

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